Nos vamos a basar en la receta "Poulet aux champignons avec une sauce au vin blanc" de Rachel Khoo que viene en su libro "Little Paris Kitchen".

Los ingredientes que vamos a necesitar son:

Para la carne:

1 nuez de mantequilla

500 g de pechuga de pavo

250 g de champiñones

Para la salsa:

30 g de mantequilla

30 g de harina 

450 ml de caldo  

125 ml de vino blanco seco

4 cucharadas de crema doble

1 cucharadita de zumo de limón

sal 

pimienta

Para decorar:

1 puñado de hierbas aromáticas

He comprado una bandeja de champiñones que ya vienen laminados, pero si lo que vamos a utilizar son champiñones enteros, los tenemos que cepillar o pelar y luego cortarlos en rodajas.

El caldo que vamos a utilizar es de cebolla aunque en la receta original recomienda caldo de pollo. Debe de estar tibio. 

En la receta original Rachel utiliza crema doble, que es nata con mayor porcentaje de grasa, nosotros lo que vamos a usar es nata de montar, no es tan grasa pero es la más fácil de encontrar. 

Las hierbas que he elegido para decorar esta receta son el estragón y el perejil finamente picado que combinan muy bien con el resto de ingredientes. 

La salsa está tan buena que la que ha sobrado, la vertemos en una jarrita o un bol con una cuchara para que cada uno se sirva lo que prefiera. 

¿Qué te parece esta receta? Como comenta Rachel Khoo, no te puedes equivocar con este clásico, y es genial conocer la salsa de vino blanco. Puedes condimentarlo con hierbas frescas, como perejil, estragón o eneldo, y usarlo con muchos otros ingredientes además de pollo y champiñones. A ella le gusta con pescado o vegetales escalfados (especialmente puerros y patatas hervidas), y también es una manera fácil de hacer algo sabroso con las sobras, como con el pollo asado de los domingos o el pavo del Día de Acción de Gracias. 

Bon appétit!

Las espinacas son un alimento con alto contenido en agua, y bajo en carbohidratos y grasas, que contribuye a reducir la probabilidad de sufrir enfermedades cardiovasculares y degenerativas. Su fibra nos ayuda a prevenir el estreñimiento, enfermedades del colon y a mantener un buen tránsito intestinal. La vitamina C de las espinacas participa en muchas de las funciones que se llevan a cabo en nuestro organismo: formación de glóbulos rojos y blancos, formación de colágeno, de huesos y de dientes. Esta verdura de hoja verde también favorece el buen funcionamiento de nuestro sistema muscular y nervioso.

Las espinacas son un alimento que contiene yodo, un nutriente esencial que promueve el correcto funcionamiento de la glándula tiroides. Esta glándula regula nuestro metabolismo. Además, podrían ayudar a reducir el riesgo de padecer enfermedades como el cáncer debido a su contenido en componentes antioxidantes.