El queso casero de la abuela María

lunes, 6 de julio de 2020

Suelo llamar a mis padres con frecuencia, y en unas de esas ocasiones, recordamos cuánto me gustan los calostros y el queso.

Cuando era pequeña, los fines de semana los pasábamos en el pueblo (Adamuz). Me gustaba ver cómo mi tío ordeñaba las vacas. Mi abuela me daba un vaso de plástico y me dirigía a las vaquerizas donde mi tío Mateo se encontraba sentado sobre un taburete de madera ordeñando una vaca. Me relajaba ver lo que hacía, cómo acariciaba la vaca y la animaba a que se dejara ordeñar o premiaba por lo bien que se había portado. Cuando se daba cuenta de mi presencia, me pedía que me acercara y, en ocasiones, me dejaba ordeñar a la vaca con la que estaba hasta llenar el vaso que llevaba en mis manos de leche caliente. 

Recordando esta historia, mi padre me animó a que hiciera calostros o queso y me dio una serie de indicaciones que vamos a seguir hoy. 




Los ingredientes que vamos a necesitar son los siguientes:
1 l de leche entera                          
1/2 taza de zumo de limón 
4 cucharaditas de sal 

La leche debe de ser leche fresca de vaca pasteurizada. 

He utilizado 3 limones para conseguir los 120 mililitros de zumo de limón. El zumo de limón se puede sustituir por vinagre. 

La sal que vamos a utilizar es sal marina no yodada ecológica.

Preparación:
Vertemos la leche en una olla y la ponemos al fuego. Calentamos la leche a fuego medio hasta que alcance los 60ºC, removiendo de vez en cuando para evitar que se endurezca. En este momento la leche estará humeante.




Una vez alcance la temperatura, vertemos el zumo de limón y añadimos la sal, removemos y dejamos que la temperatura alcance los 85ºC sin dejar que hierva. 




Apartamos del fuego, tapamos y dejamos reposar durante 30 minutos. 

Transcurrido este tiempo, comprobamos si la leche ha cuajado, en caso contrario, añadimos más zumo de limón y volvemos a dejar reposar durante 30 minutos más. 

Forramos un colador con cuatro capas de paño o tela para hacer queso. Yo he cogido un paño y lo he doblado cuatro veces, lo he colocado sobre un accesorio de la olla que sirve para freír pero que viene ideal para esta ocasión.  




Con ayuda de una cuchara, vamos a ir cogiendo el cuajo y lo vamos a ir introduciendo en el paño. También podemos verter el contenido de la olla. Dejamos escurrir hasta que tenga aspecto entre requesón y feta desmigado, aproximadamente durante 30 minutos. 




Presentación:
Lo podemos servir en unos cuencos rústicos y acompañarlo de unos panecillos y regañás. 




Este queso puede mantenerse en la nevera hasta 5 días. Yo lo suelo guardar en un recipiente de cristal con tapa.




De esta forma, tenemos queso para untar sobre rebanadas de pan tostado en el desayuno, para enriquecer la ensalada del mediodía y para unas tostas de queso con mermelada de tomate o pimiento por la noche. 




Bon appétit!

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