Napolitanas con un toque de nostalgia

viernes, 3 de abril de 2020

Las napolitanas son uno de esos dulces que me transportan al pasado. Y como hoy es mi santo, me voy a dar ese gusto.




Cuando estaba en el instituto, los fines de semana solíamos quedar la amigas para irnos a la cafetería Ohlalá, en el centro de Córdoba, antes de salir de marcha. Era el momento en el que las amigas nos sentábamos a disfrutar de algo dulce, casi siempre unas napolitanas de chocolate, y nuestra compañía antes de salir de marcha, encontrarnos con más gente y disfrutar de la noche. 

En estos momentos de confinamiento que estamos pasando, a mí me ha dado por recordar lo mucho que echo de menos salir, ver a mis amigos y disfrutar de cosas tan sencillas como un buen dulce en buena compañía. Así que hoy, aunque no pueda veros, estas napolitanas son para vosotras. Ana, Chary y María, os echo mucho de menos, aunque habéis sido casi las primeras en llamar para ver cómo estaba y prohibirme salir de casa. En momentos como este, me doy cuenta que la distancia no ha hecho mella en nuestra amistad. Os quiero mucho nenas. 

Bueno, vamos a por esta receta. Los ingredientes que vamos a necesitar para elaborar diez napolitanas son:
200 ml de agua
100 ml de leche
500 g de harina de fuerza
10 g de levadura liofilizada
50 g de azúcar 
10 g de sal
300 g de mantequilla
200 g de chocolate para fundir
1 huevo
1 chorreoncito de leche
fideos de chocolate (opcional)

El agua y la leche tienen que estar frías. 

Para hacer una versión vegana de esta receta, la leche se puede sustituir por bebida vegetal y la mantequilla se puede sustituir por margarina. En esta versión no utilizaríamos huevo, por lo tanto, a la hora de pintar las napolitanas para hornearlas, las pintaríamos con margarina para que adquieran el tono dorado.  

Si queremos utilizar levadura fresca en lugar de la levadura en polvo, necesitaremos 30 gramos. 

Para poder manipular la mantequilla, es mejor sacarla unos 20 minutos antes para que esté blanda. En el caso de la margarina, este paso no sería necesario. Además, hay una específica para hojaldre que ya viene con forma rectangular y aplanada. 

Preparación:
Lo primero que vamos a hacer es preparar tanto los ingredientes como los utensilios que vamos a necesitar. Colocamos un papel de horno sobre una bandeja. 

En un vaso de un procesador de alimentos, vertemos el agua y la leche, tamizamos la harina junto con la levadura  y añadimos el azúcar y la sal. 




Colocamos el accesorio gancho en el procesador de alimentos y amasamos durante 3 minutos, primeramente a la velocidad más baja (velocidad 1) para que la harina no se pierda y luego subimos un poco la velocidad (velocidad 2). Tapamos el bol con papel film y dejamos reposar la masa durante 20 minutos. 




Transcurrido este tiempo, quitamos el papel film y amasamos a velocidad baja (velocidad 2) durante 6 o 7 minutos. Damos forma de bola a la masa y la dejamos reposar tapada con el papel film. 




Mientras, cortamos la mantequilla en trozos y la colocamos sobre un papel de hornear, colocamos otro papel sobre la mantequilla y la extendemos con ayuda de un rodillo. Tenemos que tener en cuenta que la mantequilla va a ir entre la masa, por lo que le damos forma cuadrada o rectangular. La guardamos en la nevera para que se endurezca un poco. 

La mantequilla no debe estar muy blanda porque la absorberá la masa, pero tampoco muy dura porque a la hora de hacer el laminado se partirá. 

Pasados unos 30 minutos, colocamos la masa sobre la superficie de trabajo y la aplastamos un poco con las manos para sacarle el aire. Espolvoreamos un poco de harina sobre la superficie y, con ayuda de un rodillo, extendemos la masa, teniendo en cuenta que tiene que duplicar el tamaño de la mantequilla. 




Colocamos la mantequilla en un lateral y cerramos la masa en forma de libro, quedando la mantequilla totalmente cubierta por la masa. Humedecemos la masa un poco donde se juntan las dos capas de ésta para que se pegue bien.




Giramos la masa unos 90º y estiramos dándole forma rectangular con el rodillo .




Hacemos las siguientes vueltas, tres pliegues sencillos, dejando reposar entre pliegue y pliegue durante 15 minutos. 

Es decir, una vez que tenemos la masa estirada, la doblamos, llevando un extremo hacia el centro y el otro extremo hacia el final, de manera que cubra la parte de masa anterior. Tapamos con film y dejamos reposar durante 15 minutos. 






Transcurrido este tiempo, repetimos la operación. Colocamos la masa de manera que quede la aperturas mirándonos y estiramos formando otro rectángulo. Doblamos la masa como antes, tapamos y dejamos reposar otros 15 minutos. 








Repetimos la operación por tercera vez, destapamos la masa, la colocamos de manera que nos mire, extendemos, doblamos, tapamos y dejamos reposar 15 minutos. 






Tenemos que tener cuidado de que la masa no fermente en los momentos de espera.

Transcurridos los 15 minutos, extendemos la masa de forma rectangular y la cortamos a lo largo en dos partes iguales. Cortamos el chocolate en trozos alargados o baritas. 

Cogemos uno de los trozos de masas y cortamos los extremos para que quede un pieza totalmente rectangular. Cortamos en rectángulos del tamaño de las barritas de chocolate.




Enrollamos cada barrita de chocolate en un rectángulo de masa y lo colocamos en una bandeja de horno. Tapamos con papel film y dejamos fermentar hasta que dupliquen su tamaño. 






Colocamos un bol con agua caliente en la parte baja del horno y precalentamos a 200ºC con calor arriba y abajo. Cascamos un huevo y echamos en un cuenco, o solo la yema, añadimos un chorreoncito de leche y batimos. 




Pintamos las piezas con la mezcla de huevo y leche, con la ayuda de una brocha. Pintamos solo por encima, sin pintar los laterales por donde se ven las capas y el chocolate, para que durante el horneado suba y se hagan bien. Podemos espolvorear con fideos de chocolate.

Llevamos al horno a una altura media y horneamos durante 10 minutos con función ventilador o 20 minutos sin ventilador o hasta que queden  con el aspecto deseado. 

Sacamos del horno y dejamos enfriar las napolitanas sobre una rejilla. 




Si te gusta el hojaldre y el chocolate, no te puedes perder esta delicia, a mí me ha traído muchos sabores, aromas y recuerdos del pasado, lo que me ha hecho disfrutar mucho más de ellas. 




 Bon appétit!

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