Nos despedimos de octubre con una nueva receta para elaborar una historia.
Y lo hacemos en la noche de Halloween, cuando los zombies, muertos, brujas y otros seres toman las calles. Pueden que pasen por tu casa, si llaman a la puerta no dudes en abrir y regalarles algo dulce.
Para esta ocasión he elegido Berenice, un cuento que podemos encontrar en el libro, que creo que va muy acorde con esta fecha, Cuentos Macabros de Edgar Allan Poe que está ilustrado por el ilustrador Benjamin Lacombe y traducido por Julio Cortázar.
Este cuento de terror fue publicado por primera vez en el periódico Southern Literary Messenger en el año 1835. Los lectores horrorizados por el sadismo de Edgar Allan Poe al escribir este espeluznante relato, expusieron sus quejas al director del periódico pese a que fueron numerosas las copias vendidas.
El relato comienza con una cita en latín:
(Decíanme los amigos que encontraría algún alivio a mi dolor visitando la tumba de mi amada.)
Los ingredientes para elaborar una tenebrosa receta para una noche de llena de oscuridad y silencio son:
1 joven que se prepara para casarse (Opcional: Egaeus)
1 prima (Opcional: Berenice)
1 enfermedad desconocida
1 taza de ataques de ensimismamiento
1 taza de aislamiento del mundo exterior
1 puñado de bonitos dientes que permanecen vivos
1 obsesión
1 muerte
1 tumba profanada
1 grito que turba el silencio de la noche
1 cadáver desfigurado, sin mortaja y que aún respira
1 puñado de herramientas de dentista
1 cajita con 32 dientes pequeños, blancos y marfilinos
En una marmita grande echamos casi todos los ingredientes y dejamos cocer a fuego lento, removiendo con una cuchara de madera. Casi al final de la cocción, le añadimos un trance o ataque de ensimismamiento que aísla del mundo exterior, una tumba profanada, un grito que turba el silencio de la noche y un cadáver desfigurado, sin mortaja y que aún respira. Transcurridos unos minutos, cuando la oscuridad inunde la noche y un poco antes de que todos estén reunidos alrededor de la mesa dispuestos a degustar el plato, añadimos un puñado de herramientas de dentista y una cajita con 32 dientes pequeños, blancos y marfilinos.
¿Cuál es tu historia? Ya sabes que tienes un mes para macerar la idea, preparar un buen plato e invitarnos a probarlo.
¡Feliz Noche de Halloween!
Y lo hacemos en la noche de Halloween, cuando los zombies, muertos, brujas y otros seres toman las calles. Pueden que pasen por tu casa, si llaman a la puerta no dudes en abrir y regalarles algo dulce.
Para esta ocasión he elegido Berenice, un cuento que podemos encontrar en el libro, que creo que va muy acorde con esta fecha, Cuentos Macabros de Edgar Allan Poe que está ilustrado por el ilustrador Benjamin Lacombe y traducido por Julio Cortázar.
Este cuento de terror fue publicado por primera vez en el periódico Southern Literary Messenger en el año 1835. Los lectores horrorizados por el sadismo de Edgar Allan Poe al escribir este espeluznante relato, expusieron sus quejas al director del periódico pese a que fueron numerosas las copias vendidas.
El relato comienza con una cita en latín:
"Dicebant mihi sodales, si sepulchrum amicae visitarem,
curas meas aliquantulum fore levatas."
(Decíanme los amigos que encontraría algún alivio a mi dolor visitando la tumba de mi amada.)
Los ingredientes para elaborar una tenebrosa receta para una noche de llena de oscuridad y silencio son:
1 joven que se prepara para casarse (Opcional: Egaeus)
1 prima (Opcional: Berenice)
1 enfermedad desconocida
1 taza de ataques de ensimismamiento
1 taza de aislamiento del mundo exterior
1 puñado de bonitos dientes que permanecen vivos
1 obsesión
1 muerte
1 tumba profanada
1 grito que turba el silencio de la noche
1 cadáver desfigurado, sin mortaja y que aún respira
1 puñado de herramientas de dentista
1 cajita con 32 dientes pequeños, blancos y marfilinos
En una marmita grande echamos casi todos los ingredientes y dejamos cocer a fuego lento, removiendo con una cuchara de madera. Casi al final de la cocción, le añadimos un trance o ataque de ensimismamiento que aísla del mundo exterior, una tumba profanada, un grito que turba el silencio de la noche y un cadáver desfigurado, sin mortaja y que aún respira. Transcurridos unos minutos, cuando la oscuridad inunde la noche y un poco antes de que todos estén reunidos alrededor de la mesa dispuestos a degustar el plato, añadimos un puñado de herramientas de dentista y una cajita con 32 dientes pequeños, blancos y marfilinos.
¿Cuál es tu historia? Ya sabes que tienes un mes para macerar la idea, preparar un buen plato e invitarnos a probarlo.
¡Feliz Noche de Halloween!