Hoy es el último lunes de enero y tenemos una cita con el Hygge pero en esta ocasión vamos a ponernos el delantal y cocinar. ¿Os parece bien?
Cuando pienso en cocina nórdica se me viene a la mente un plato de albóndigas, no sé si es por la influencia que tiene Ikea y sus albóndigas o porque cuando fui a Finlandia de viaje con mi hermano chico y Monsieur Accidents, las comimos en varios sitios.
Cuando pienso en cocina nórdica se me viene a la mente un plato de albóndigas, no sé si es por la influencia que tiene Ikea y sus albóndigas o porque cuando fui a Finlandia de viaje con mi hermano chico y Monsieur Accidents, las comimos en varios sitios.
Vamos a preparar mi versión de la receta Boller i karry que viene en el libro Hygge. La felicidad en las pequeñas cosas del que ya os he hablado.
En él su autor Meik Wiking nos cuenta que esta receta es muy popular entre los daneses de todas las edades y es el plato que suele preparar siempre para el cumpleaños de su madre porque era su favorito. ¡Qué bonita forma de recordarla!
Mi madre suele hacer albóndigas siempre para comenzar el año, así que el día 1 de enero siempre comemos albóndigas. Es un plato que a mis hermanos y a mí nos gustaban mucho, eso sí, cada uno tenía su forma de comerlas. A mi hermano chico les gustaban con mayonesa, mientras que mi hermano el mayor las acompañaba de ketchup y a mí me gustaban con su caldo, calentito, muy calentito para combatir el frío del invierno. Pero de la receta de mi madre ya hablaremos otro día.
Los ingredientes que necesitamos para preparar mi versión de la receta de albóndigas danesas al curry para ocho personas son:
Para las albóndigas:
1 taza de pan rallado
1 huevo
2 cebollas
3 dientes de ajo
2 kg de carne de cerdo picada
1 l de caldo
1 l de agua
sal
pimienta
Para la salsa de curry:
2 cucharadas de mantequilla
2 cucharadas de curry
1 cebolla
1 puerro
5 cucharadas de harina
200 g de nata
Para decorar:
perejil fresco
La taza de pan rallado la podemos sustituir por dos cucharadas de harina. Nosotros vamos a utilizar pan duro que hemos rallado convirtiendo esta receta en cocina de aprovechamiento.
Yo suelo utilizar cebollas dulces porque son más tiernas, jugosas y con sabor suave, dulce y de escaso picor, esto las hace ideales para esta receta. Además, estas cebollas son más digestivas.
Yo suelo utilizar cebollas dulces porque son más tiernas, jugosas y con sabor suave, dulce y de escaso picor, esto las hace ideales para esta receta. Además, estas cebollas son más digestivas.
La receta original lleva caldo de vacuno. Si utilizamos caldo que previamente hemos preparado, esta receta será más hyggelig.
La mantequilla y la nata la podemos utilizar sin lactosa para que las personas que tienen problemas con la lactosa puedan comer este sabroso plato.
Preparación:
Lo primero que vamos a hacer es pelar y picar muy fino las cebollas y los ajos. Para el ajo, a mi me gusta más utilizar un prensa ajos.
A continuación, ponemos pan rallado con el huevo, la cebolla, el ajo, la sal y la pimienta en un bol y mezclamos bien.
Añadimos la carne de cerdo y volvemos a mezclar, pero esta vez con las manos. Tapamos el bol y lo dejamos reposar en la nevera durante una hora.
A continuación, ponemos pan rallado con el huevo, la cebolla, el ajo, la sal y la pimienta en un bol y mezclamos bien.
Añadimos la carne de cerdo y volvemos a mezclar, pero esta vez con las manos. Tapamos el bol y lo dejamos reposar en la nevera durante una hora.
Transcurrido este tiempo, sacamos el bol del frigorífico y le damos forma de bola a la masa. Para ello nos podemos ayudar de una cuchara, aunque yo prefiero hacerlo con las manos. Para que la masa no se nos pegue a las manos, colocamos un bol con agua y nos vamos a ir humedeciendo las palmas de las manos antes de coger la masa. Para que todas tenga el mismo tamaño, suelo utilizar una cuchara medidora de café, con esta medida salen 69 albóndigas.
Vertemos en una olla el agua y el caldo, la ponemos al fuego y los llevamos a ebullición. Agregamos las albóndigas y dejamos cocer a fuego lento durante 5 o 10 minutos, dependiendo del tamaño de nuestras albóndigas. Transcurrido este tiempo, retiramos las albóndigas del caldo y reservamos ambos.
Ahora nos ponemos con la salsa de curry, para ello pelamos y picamos en brunoise la cebolla y reservamos. Lavamos y secamos bien el puerro y lo picamos también en brunoise.
Ponemos un cazo al fuego en el que colocamos la mantequilla. Cuando esté derretida, añadimos el curry y dejamos dorar durante un par de minutos. Añadimos la cebolla y el puerro y pochamos durante un par de minutos. Agregamos la harina y mezclamos bien.
Ahora vamos a ir añadiendo un poco de caldo que tenemos reservado, poco a poco, sin dejar de remover hasta que espese. Yo le suelo añadir la mitad del caldo que nos ha quedado de la cocción, pero dependerá de cómo de espesa queramos la salsa. A continuación, incorporamos la nata y las albóndigas y dejamos cocinar a fuego lento durante unos 12 minutos.
Mientras las albóndigas se terminan de hacer, picamos el perejil y reservamos.
Mientras las albóndigas se terminan de hacer, picamos el perejil y reservamos.
Presentación:
La pareja curry y coco es siempre una buena combinación por lo que acompañaremos a estas albóndigas con un cremoso y aromático arroz de coco.
¿Porque esta receta es hyggelig? Pues porque necesita tiempo de reposo que nos permite tener tiempo para nosotros. Porque nos transporta a nuestra infancia y nos permite perdernos en nuestro recuerdos. Porque nos hace volver a disfrutar de sabores que nos regalaban nuestras madres y abuelas. Porque con cada bocado nos llenamos de nostalgia y lo compartimos con nuestros seres queridos. Porque el hygge es esto, así que coge un plato y una copa de vino y disfruta del momento.
Bon appétit!