Galletas con corazón de melocotón

viernes, 29 de mayo de 2020

Para mí, los domingos es el día perfecto para hornear. Y hacer unas galletas con los más pequeños de la casa me parece un plan ideal. 

Hoy vamos a preparar unas galletas rellenas de mermelada. Le podemos dar muchas formas, yo le voy a dar forma de corazón y de flor, pero le podemos dar la forma que queramos. 




Los ingredientes que vamos a necesitar son:
Para la masa:
300 g de mantequilla
150 g de azúcar
3 huevos
500 g de harina de repostería

Para la decoración y montaje:
chocolate blanco
mermelada

La mantequilla tiene que estar a temperatura ambiente o en pomada, para ello la tenemos que sacar uno poco antes de la nevera. 

Para la masa de las galletas podemos utilizar 6 yemas en lugar de 3 huevos. 

Si queremos darle un toque a vainilla, podemos agregar esencia de vainilla o vainillina a la masa. 

Para esta receta vamos a utilizar uno de los productos que viene en la última cajita de Degustabox. La mermelada de melocotón La Vieja Fábrica Cero azúcar está elaborada con endulzante 100% natural. 




Preparación:
Lo primero que vamos a hacer, como siempre, es preparar tanto los ingredientes como los utensilios que vamos a necesitar, esto hará que nuestra elaboración sea más rápida, relajada y nos salga mejor. Tamizamos la harina ahora o lo podemos hacer a la hora de incorporarla en la masa.




Batimos la mantequilla con el azúcar con ayuda de unas varillas. Yo suelo utilizar un procesador de alimentos. 

Cuando tengamos una crema batida, añadimos los huevos, uno a uno, sin dejar de batir. Para que la masa no se corte al añadir los huevos, agregaremos una cucharadita de harina antes de incorporarlos.

A continuación, añadimos la harina poco a poco para que se integre bien.

Cuando tengamos la masa lista, espolvoreamos un poco de harina sobre la superficie de trabajo y amasamos un poco. 

Estiramos la masa con ayuda de un rodillo. Un truco para que nos quede una masa lisa, uniforme y del mismo grosor, es utilizar unas varillas o palillos de madera. 




Cortamos la masa con el molde grande, la mitad de las piezas las volveremos a cortar con el molde pequeño, de manera que queden con un hueco en el centro. 




Vamos colocando las piezas sobre la bandeja de horno que tenemos preparada con papel de hornear. Tenemos que tener en cuenta que las galletas van a crecer un poco durante el horneado, por lo que tenemos que colocarlas bien separadas en la bandeja.

Metemos la bandeja en el frigorífico para que la masa repose durante dos horas. 

Como suelo tener el frigorífico lleno de cosas siempre, me resulta más fácil, una vez que hayamos terminado de amasar, dividir la masa en dos, envolverlas con papel film y darles forma de bola o cilindro a la masa. Y dejar la reposar en la nevera para que la masa endurezca y sea más manejable. 




Pasadas las dos horas, sacamos unas de las masas y amasamos. Tamizamos un poco de harina sobre la superficie de trabajo, extendemos la masa con un rodillo y cortamos para obtener las piezas. 

Precalentamos el horno a 180ºC con calor arriba y abajo.

Otra opción es, una vez que tengamos la masa, la sacamos del vaso del procesador de alimentos, la colocamos sobre un papel de hornear y colocamos otro encima. Con ayuda de un rodillo y unos palillos, estiramos la masa hasta que tenga el mismo grosor y guardamos en la nevera durante 2 horas.




Transcurrido este tiempo, quitamos el papel de hornear de arriba y cortamos. Yo he utilizado un cortador que me regalaron unos amigos para mi cumpleaños. 






Colocamos las piezas en una bandeja, llevamos la bandeja al horno y horneamos, a una altura media alta, durante 12 o 15 minutos, dependiendo del grosor de las galletas.




Transcurrido este tiempo, sacamos las galletas del horno y las dejamos enfriar. Cuando se hayan atemperado las pasamos a una rejilla para que se terminen de enfriar completamente.  




Hacemos lo mismo con la otra masa o la podemos guardar para otro día o congelar. Yo suelo hacerlas todas a la vez porque cuando las hago, tengo que repartidlas y se acaban enseguida. 

Pasamos la mermelada por un colador o tamiz para que sea más ligera. 

Derretimos el chocolate blanco al baño María y introducimos en un cornet que podemos hacer con un poco de papel de hornear. 






Y ahora a montar nuestras galletas. Para ello, cogemos una pieza sin centro, ponemos un poco de chocolate blanco y la colocamos sobre un pieza entera, el chocolate blanco actuará como pegamento que fijará ambas piezas. Repetimos la misma operación con el resto de las piezas.




Una vez tengamos todas las galletas unidas, rellenamos el centro con la mermelada de melocotón. 




Presentación:
Servimos en una bandeja las galletas con corazón de melocotón. 






Y en una cajita de lata, colocamos los corazones de galleta que probaremos mañana. 

Si te gustan las galletas y la mermelada de melocotón tanto como a mí, no te debes de perder estas galletas con corazón de mermelada, son un placer del que podemos disfrutar para desayunar, merendar o picar entre horas. Y os aseguro que los más pequeños de la casa las van a devorar.




Bon appétit!

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