Crítica gastronómica de El despertar de la señorita Prim (Receta para una historia nº45)

lunes, 3 de septiembre de 2018

Después de las vacaciones, en las que hemos desconectado y cargado las pilas, retomamos las actividades habituales en el blog, como ésta, la crítica literaria que hacemos mensualmente tanto de los libros que leemos como de los relatos que escribís y compartís con nosotros.  

Pero antes de empezar con las críticas gastronómicas, os recuerdo que os esperan nuevos ingredientes para elaborar un nuevo relato en Receta para una historia nº 46: Se prohíbe mantener afectos desmedidos en la puerta de la pensión




Ahora sí, os invito a que participéis y hagáis la critica gastronómica de los platos que nuestros colaboradores han hecho con los ingredientes que os facilité en Receta para una historia nº 45: El despertar de la señorita Prim.

Plato nº1 elaborado por Lola Redondo:
Había terminado la carrera, de hecho, se había graduado el 21 de septiembre, un día que nunca olvidará. Todos estuvieron allí, su familia, sus amigos y por supuesto, él. 
Sami, tan encantador, inteligente, amable y extrovertido como siempre, pero al finalizar la celebración, sucedió algo que ella no esperaba. Cuando todos se marcharon y se quedaron solos, mientras él le acompañaba a casa, se paró en un parque y empezó a recriminarle una serie de cosas que ella no llegaba a comprender. Después de gritarle y acusarla de qué sabe qué, se marchó, dejándola allí, sola en el parque.
A la mañana siguiente, se despertó con una idea en la mente, tenía que marcharse de allí, así que se puso a buscar trabajo. Un sugestivo anuncio captó su atención y mandó la solicitud. 
Al cabo de unos minutos recibió un correo aceptando su solicitud como administrativa para atender una biblioteca que necesita ser organizada. Abrió el documento adjunto y comprobó que era un billete de tren. En dos días comenzaría un inolvidable viaje. Tenía el tiempo justo para hacer la maleta y despedirse de su familia y amigos. 
Cuando bajó del tren, un hombre se acercó a ella, era el chofer de su jefe que la llevaría a la casa donde se alojaría y trabajaría por un periodo de seis meses. Durante el trayecto, no pudo dejar de mirar por la ventanilla del coche, definitivamente, San Ireneo de Arnois era un pueblo lleno de encanto. 
Cuando llegaron, María, la mujer que se encargaba de la casa, la llevó a su habitación, para que dejara la maleta y la acompañó a la biblioteca donde la esperaba su jefe. Un hombre sentado en un sillón, del que no se levantó para saludarla, le explicó que los habitantes del pueblo, habían decidido declarar la guerra a las influencias del mundo moderno. Seguidamente le explicó en qué consistiría su trabajo. 
Se puso a trabajar, pero no entendía por qué ese hombre inteligente, profundo y cultivado pero sin pizca de delicadeza le había contratado para organizar su biblioteca si ella no era bibliotecaria.
Al cabo de unos meses, se adaptó al peculiar estilo de vida de los habitantes nada convencionales, a los secretos y a las frecuentes batallas dialécticas con el Hombre del sillón. Prudencia Prim aprendió, no solo a ser bibliotecaria, sino que también a descubrir la belleza y profundidad que se esconde tras las pequeñas cosas
.


Plato nº2 elaborado por Encarni M.:
En el jardín de la residencia del " Hombre del Sillón", en el pueblo de Panjón en la provincia de Pontevedra, junto a un puñado de de habitantes nada convencionales y mientras se prepara en una tetera, se vierte el agua y la leche, se pone al fuego y se le añade el resto de los ingredientes y la llevamos a ebullición. Apartamos del fuego le añadimos el té y el azúcar y mientras reposa cinco minutos se decide si se pone un anuncio solicitando una administradora bibliotecaria para el "Hombre del Sillón", un hombre inteligente profundo y cultivado pero sin pizca de delicadeza, para que organice su biblioteca.
Transcurrido el tiempo del reposo del té se sirve en delicadas piezas de artesanía adquirida en el pueblo, lo toman tranquilamente en el jardín.
Atraída por el sugestivo anuncio, Alma Rodrigues llega al pueblo para hacerse cargo de la biblioteca. El pueblo es un pequeño lugar lleno de encanto pero con un puñado de habitantes que han decidido declarar la guerra a las influencias del mundo moderno, los cuales hacen una taza de frecuentes batallas dialécticas, que llevan un peculiar estilo de vida y una taza de secretos.
La bibliotecaria,la señorita Alma, con su dulzura y una taza de belleza, además de organizar la biblioteca les va concienciando y van saliendo las pequeñas cosas que esconden y las batallas dialécticas con su jefe van cesando.
Poco apoco ella ira descubriendo el peculiar estilo de vida del lugar y los de secretos de sus nada convencionales habitantes.
El "Hombre del Sillón", enamorado de su encanto y dulzura, va cambiando su peculiar estilo de vida.
El le propone a la señorita Alma hacer un inolvidable viaje, la cual acepta y se van juntos.


Y hasta aquí los platos elaborados por nuestros colaboradores, esperemos que te gusten. Ahora es tu turno, ¿has leído esta novela? ¿Cuál es tu critica? ¿Qué relato te ha gustado más? ¿Tienes alguna sugerencia?

¡Feliz mes de septiembre!

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