Tarta Gandía
viernes, 20 de marzo de 2020
Hoy vamos a preparar una deliciosa tarta Gandía para darle la bienvenida a la primavera.
La delicadeza y aroma de esta tarta nos trasportará a un campo lleno de naranjos. Y ya que no podemos salir de casa, disfrutemos de la repostería y, si es en familia, mejor.
La delicadeza y aroma de esta tarta nos trasportará a un campo lleno de naranjos. Y ya que no podemos salir de casa, disfrutemos de la repostería y, si es en familia, mejor.
Nos ponemos el delantal y preparamos los ingredientes que vamos a necesitar:
Para el bizcocho genovés:
6 huevos
165 g de azúcar
150 g de harina floja
38 g de almidón
112 g de mantequilla
1 naranja (ralladura)
5 g de impulsor
Para el almíbar de naranja:
150 g de azúcar
150 ml de agua
1/4 de zeste de naranja
Para la crema de naranja:
8 g de colas de pescado (gelatina)
375 g de zumo de naranja
1/2 naranja (ralladura)
375 g de zumo de naranja
1/2 naranja (ralladura)
6 huevos
225 g de azúcar
30 g de almidón de maíz
30 g de almidón de maíz
75 g de mantequilla
Naranja confitada:
500 g de azúcar
200 g de agua
1/4 de cucharadita de anís en grano
1 canela en rama
6 naranjas
Cobertura de nata montada:
1/2 l de nata para montar
1/2 naranja (ralladura)
3 cucharadas de azúcar glas
1/8 de cucharadita de almidón
Los huevos tienen que estar a temperatura ambiente para que el montado-blanqueado se haga con facilidad. Si los tenemos en la nevera, los sacaremos unas horas antes de ponernos con la elaboración. Si no hemos podido, podemos acelerar el proceso de montado-blanqueado de los huevos junto con el azúcar, trabajándolo al baño María.
Las proporciones para ampliar esta receta tanto como se desee son 1 huevo cada 25 gramos de harina de repostería y 25 gramos de azúcar.
Para el zumo de naranja hemos necesitado seis naranjas de zumo.
Cobertura de nata montada:
1/2 l de nata para montar
1/2 naranja (ralladura)
3 cucharadas de azúcar glas
1/8 de cucharadita de almidón
Los huevos tienen que estar a temperatura ambiente para que el montado-blanqueado se haga con facilidad. Si los tenemos en la nevera, los sacaremos unas horas antes de ponernos con la elaboración. Si no hemos podido, podemos acelerar el proceso de montado-blanqueado de los huevos junto con el azúcar, trabajándolo al baño María.
Las proporciones para ampliar esta receta tanto como se desee son 1 huevo cada 25 gramos de harina de repostería y 25 gramos de azúcar.
Para el zumo de naranja hemos necesitado seis naranjas de zumo.
Preparación:
Comenzamos con el bizcocho y lo primero es preparar los ingredientes y utensilios que necesitamos.
Elegimos el molde que vamos a utilizar y colocamos papel de horno en la base. No engrasaremos con aceite y harina los laterales para que el bizcocho suba recto.
Precalentamos el horno a 180ºC con calor arriba y abajo.
Cascamos los huevos y los introducimos en un bol. Agregamos el azúcar y batimos con una varilla de mano, hasta que se cree una espuma densa, o doble su tamaño y obtengamos punto letra. Yo suelo utilizar un procesador de alimentos.
Añadimos los ingredientes secos tamizados junto con la ralladura de naranja y con movimientos envolventes, con la ayuda de una lengua, vamos creando una masa homogénea.
Agregamos la mantequilla derretida que integramos también con movimientos envolventes. Debe quedar una masa aireada y sin grumos.
Vertemos la mezcla en el molde, lo llevamos al horno y horneamos a una altura media-baja durante 35 minutos.
Transcurrido este tiempo, comprobaremos si el bizcocho está hecho introduciendo un palillo, si sale limpio, lo sacamos del horno, en caso contrario, lo dejamos hornear unos minutos más.
Sacamos del horno y lo colocamos sobre una rejilla.
Mientras el bizcocho se está haciendo nos ponemos con el almíbar. Lavamos y secamos una naranja. Con ayuda de un pelador o puntilla, extraemos el zeste, es decir la parte naranja de la piel, que es la que tiene la esencia, desechando la parte blanca que amarga.
En un cazo, vertemos el agua, añadimos el azúcar y ponemos al fuego. Removemos hasta que el azúcar quede disuelto, agregamos el zeste de naranja y llevamos a ebullición. Apartamos del fuego y colamos o quitamos el zeste de naranja.
A continuación, nos ponemos con la crema de naranja. Lo primero que tenemos que hacer es hidratar la gelatina en agua fría.
Lavamos y secamos bien las naranjas. Rallamos la piel de un par de naranjas, extraemos el zeste de media naranja y, a continuación, exprimimos todas las naranjas.
Vertemos el zumo de naranja en un cazo, añadimos el zeste y lo ponemos al fuego. Cuando rompa a hervir lo apartamos del fuego. Colamos el zumo infusionado y añadimos agua hasta obtener los 375 mililitros de nuevo.
Mezclamos los huevos, el azúcar y el almidón en un bol. Añadimos el zumo infusionado sobre la mezcla y removemos. Volvemos a colar sobre un cazo limpio que ponemos al fuego. Removemos constantemente hasta que tenga la textura deseada.
Se aparta del fuego. Escurrimos bien la gelatina y la añadimos. Removemos hasta que quede bien integrada. Derretimos la mantequilla y la agregamos a la crema.
Vertemos en una bandeja o bol y tapamos a piel con papel film. La llevamos a la nevera y dejamos enfriar.
Mientras la crema se enfría, nos ponemos con la naranja confitada. Para ello, lavamos y secamos bien las naranjas, las cortamos en rodajas y las reservamos.
En una olla, vertemos el agua, agregamos el azúcar y ponemos al fuego. Removemos hasta que el azúcar quede disuelto, agregamos las especias y llevamos a ebullición. Cuando tenga consistencia de hebra floja, se aparta del fuego y se cuela.
Bajamos la temperatura del horno a 100ºC. Preparamos una bandeja con papel de horno.
Volvemos a poner el almíbar al fuego, introducimos las rodajas de naranja y dejamos hervir durante 1 minuto.
Transcurrido este tiempo, sacamos las rodajas de naranja dejándolas escurrir bien y las colocamos sobre una bandeja. Llevamos al honro y horneamos durante 15 minutos a una altura media-alta.
Si tenemos tiempo, debemos repetir esta operación cuatro veces, es decir, pasar las rodajas de naranja por el almíbar y luego hornear.
Cuando tengamos todas las elaboraciones hechas y la crema esté fría, nos ponemos a montar la tarta. Cogemos el bizcocho, pasando una puntilla por todo alrededor para separar el bizcocho del molde. Desmoldamos e igualamos la parte superior, si es necesario.
A continuación, Cortamos el bizcocho en tres, con ayuda de un cuchillo de cortar pan, para ello, hacemos es una señal no muy profunda alrededor, que nos ayude luego a cortar el bizcocho horizontalmente para obtener las tres bases de bizcochos del mismo grosor.
Una vez que tenemos hechas las guías por donde cortar, cortamos la primera capa, que será la que pongamos como base. Luego, cortamos para obtener las otras dos bases de bizcocho.
Sacamos la crema de naranja de la nevera, removemos y pasamos a una manga pastelera con boquilla.
Y ahora nos ponemos con el montaje de la tarta. Colocamos la primera capa de bizcocho y añadimos almíbar con ayuda de una brocha. Ponemos un poco de crema y extendemos con ayuda de una ballena acodada. Hacemos la misma operación. Por ultimo, almibaramos la base del bizcocho que será nuestra ultima capa de la tarta y la colocamos, de manera que quede la parte lisa hacia arriba. Cubrimos toda la tarta con la crema de naranja.
La llevamos a la nevera y preparamos las naranjas confitadas y la cobertura de nata montada. Cortamos las rodajas de naranja en dos y reservamos.
Para la cobertura de nata, vertemos la nata en un vaso de un procesador de alimentos y montamos. Cuando esté semimontada, añadimos los ingredientes secos y por ultimo, la ralladura de naranja. Pasamos a una manga pastelera con boquilla rizada.
Presentación:
Sacamos la tarta de la nevera y la pasamos a una base de tarta, bandeja o plato de presentación donde la vayamos a servir y decoramos.
Vamos a ir colocando un cordón de nata montada decorando el lateral de la tarta, dándole forma de ondas.
Colocamos en la parte superior de la tarta las medias lunas de naranja confitada, empezando desde el exterior al interior.
La tarta terminada es preciosa pero cuando la probéis os enamorará. Sus diferentes texturas, sabores y aromas se mezclan con tal sutileza que se convierte en un verdadero placer.
Una tarta que se ha convertido en unas de mis favoritas. Ideal para una celebración o simplemente para disfrutar de un momento especial con quien queramos compartirla.
Bon appétit!
Comenzamos con el bizcocho y lo primero es preparar los ingredientes y utensilios que necesitamos.
Elegimos el molde que vamos a utilizar y colocamos papel de horno en la base. No engrasaremos con aceite y harina los laterales para que el bizcocho suba recto.
Precalentamos el horno a 180ºC con calor arriba y abajo.
Cascamos los huevos y los introducimos en un bol. Agregamos el azúcar y batimos con una varilla de mano, hasta que se cree una espuma densa, o doble su tamaño y obtengamos punto letra. Yo suelo utilizar un procesador de alimentos.
Añadimos los ingredientes secos tamizados junto con la ralladura de naranja y con movimientos envolventes, con la ayuda de una lengua, vamos creando una masa homogénea.
Agregamos la mantequilla derretida que integramos también con movimientos envolventes. Debe quedar una masa aireada y sin grumos.
Vertemos la mezcla en el molde, lo llevamos al horno y horneamos a una altura media-baja durante 35 minutos.
Transcurrido este tiempo, comprobaremos si el bizcocho está hecho introduciendo un palillo, si sale limpio, lo sacamos del horno, en caso contrario, lo dejamos hornear unos minutos más.
Sacamos del horno y lo colocamos sobre una rejilla.
Mientras el bizcocho se está haciendo nos ponemos con el almíbar. Lavamos y secamos una naranja. Con ayuda de un pelador o puntilla, extraemos el zeste, es decir la parte naranja de la piel, que es la que tiene la esencia, desechando la parte blanca que amarga.
En un cazo, vertemos el agua, añadimos el azúcar y ponemos al fuego. Removemos hasta que el azúcar quede disuelto, agregamos el zeste de naranja y llevamos a ebullición. Apartamos del fuego y colamos o quitamos el zeste de naranja.
A continuación, nos ponemos con la crema de naranja. Lo primero que tenemos que hacer es hidratar la gelatina en agua fría.
Lavamos y secamos bien las naranjas. Rallamos la piel de un par de naranjas, extraemos el zeste de media naranja y, a continuación, exprimimos todas las naranjas.
Vertemos el zumo de naranja en un cazo, añadimos el zeste y lo ponemos al fuego. Cuando rompa a hervir lo apartamos del fuego. Colamos el zumo infusionado y añadimos agua hasta obtener los 375 mililitros de nuevo.
Mezclamos los huevos, el azúcar y el almidón en un bol. Añadimos el zumo infusionado sobre la mezcla y removemos. Volvemos a colar sobre un cazo limpio que ponemos al fuego. Removemos constantemente hasta que tenga la textura deseada.
Se aparta del fuego. Escurrimos bien la gelatina y la añadimos. Removemos hasta que quede bien integrada. Derretimos la mantequilla y la agregamos a la crema.
Vertemos en una bandeja o bol y tapamos a piel con papel film. La llevamos a la nevera y dejamos enfriar.
Mientras la crema se enfría, nos ponemos con la naranja confitada. Para ello, lavamos y secamos bien las naranjas, las cortamos en rodajas y las reservamos.
En una olla, vertemos el agua, agregamos el azúcar y ponemos al fuego. Removemos hasta que el azúcar quede disuelto, agregamos las especias y llevamos a ebullición. Cuando tenga consistencia de hebra floja, se aparta del fuego y se cuela.
Bajamos la temperatura del horno a 100ºC. Preparamos una bandeja con papel de horno.
Volvemos a poner el almíbar al fuego, introducimos las rodajas de naranja y dejamos hervir durante 1 minuto.
Transcurrido este tiempo, sacamos las rodajas de naranja dejándolas escurrir bien y las colocamos sobre una bandeja. Llevamos al honro y horneamos durante 15 minutos a una altura media-alta.
Si tenemos tiempo, debemos repetir esta operación cuatro veces, es decir, pasar las rodajas de naranja por el almíbar y luego hornear.
Cuando tengamos todas las elaboraciones hechas y la crema esté fría, nos ponemos a montar la tarta. Cogemos el bizcocho, pasando una puntilla por todo alrededor para separar el bizcocho del molde. Desmoldamos e igualamos la parte superior, si es necesario.
A continuación, Cortamos el bizcocho en tres, con ayuda de un cuchillo de cortar pan, para ello, hacemos es una señal no muy profunda alrededor, que nos ayude luego a cortar el bizcocho horizontalmente para obtener las tres bases de bizcochos del mismo grosor.
Una vez que tenemos hechas las guías por donde cortar, cortamos la primera capa, que será la que pongamos como base. Luego, cortamos para obtener las otras dos bases de bizcocho.
Sacamos la crema de naranja de la nevera, removemos y pasamos a una manga pastelera con boquilla.
Y ahora nos ponemos con el montaje de la tarta. Colocamos la primera capa de bizcocho y añadimos almíbar con ayuda de una brocha. Ponemos un poco de crema y extendemos con ayuda de una ballena acodada. Hacemos la misma operación. Por ultimo, almibaramos la base del bizcocho que será nuestra ultima capa de la tarta y la colocamos, de manera que quede la parte lisa hacia arriba. Cubrimos toda la tarta con la crema de naranja.
La llevamos a la nevera y preparamos las naranjas confitadas y la cobertura de nata montada. Cortamos las rodajas de naranja en dos y reservamos.
Para la cobertura de nata, vertemos la nata en un vaso de un procesador de alimentos y montamos. Cuando esté semimontada, añadimos los ingredientes secos y por ultimo, la ralladura de naranja. Pasamos a una manga pastelera con boquilla rizada.
Presentación:
Sacamos la tarta de la nevera y la pasamos a una base de tarta, bandeja o plato de presentación donde la vayamos a servir y decoramos.
Vamos a ir colocando un cordón de nata montada decorando el lateral de la tarta, dándole forma de ondas.
Colocamos en la parte superior de la tarta las medias lunas de naranja confitada, empezando desde el exterior al interior.
La tarta terminada es preciosa pero cuando la probéis os enamorará. Sus diferentes texturas, sabores y aromas se mezclan con tal sutileza que se convierte en un verdadero placer.
Una tarta que se ha convertido en unas de mis favoritas. Ideal para una celebración o simplemente para disfrutar de un momento especial con quien queramos compartirla.
Bon appétit!
2 comentarios
Qué bonitas las tartas que haces hija...seguro que también están buenísimas
ResponderEliminarUn beso desde este confinamiento
Marialuisa
¡Hola Marialuisa!
Eliminar¡Muchas gracias! Has conseguido sacarme los colores.
La verdad es que esta tarta es una de mis preferidas. Y es que los cítricos me encantan tanto en platos salados como elaboraciones dulces.
Además de bonita, esta tarta tiene un aroma y sabor que no deja indiferente a nadie.
¡Que tengas un dulce día guapísima!