Monasterio de San Juan de la Peña
domingo, 24 de mayo de 2015
Esta semana he estado en Zaragoza asistiendo a la 7ª Convención Área de Seguros Generales y Vida de mi empresa.
Dentro del programa, el jueves visitamos el Monasterio Viejo de San Juan de la Peña, en pleno Pirineo Aragonés.
Para llegar hasta allí fuimos en un autocar que iba a toda velocidad por los puertos de montaña que pasamos. Algunos iban mareados, otros nos lo tomamos con humor, pero todos pasamos bastante miedo. Aunque cuando llegamos a nuestro destino se nos olvidó el mal rato pasado.
El Monasterio Viejo de San Juan de la Peña es una edificación de la época medieval que nos sorprendió porque está dentro de la roca y perfectamente integrada en el impresionante entorno natural que lo rodea.
Comenzamos la visita en el interior por la iglesia prerrománica y las pinturas de San Cosme y San Damian, del siglo XII. Allí el guía nos contó la siguiente leyenda:
"Cuenta la leyenda que un joven noble de nombre Voto (Oto) vino de caza por estos parajes cuando avistó un ciervo. El cazador corrió tras la presa, pero ésta era huidiza y al llegar al monte Pano, se despeño por un precipicio. Milagrosamente su caballo se posó en tierra suavemente. Sano y salvo en el fondo del barranco, vio una pequeña cueva en la que descubrió una ermita dedicada a San Juan Bautista y, en el interior, halló el cadáver de un ermitaño llamado Juan de Atarés. Impresionado por el descubrimiento, fue a Zaragoza, vendió todos su bienes y junto a su hermano Félix se retiró a la cueva, e iniciaron una vida eremítica."
En la planta baja también nos encontramos con la sala de concilios.
La visita continuó por la primera planta, en el denominado Panteón de los Nobles donde el guía nos explicó que forma parte del camino aragonés del Camino de Santiago.
Seguimos con la iglesia románica donde nos enseñaron un Santo Grial. ¿Será el verdadero? Siempre me ha llamado la atención de que estos objetos fueran tan ornamentados y con piedras preciosas, cuando Jesús era pobre y carpintero. ¿No tiene más sentido de que fuera una simple copa de madera?
Dentro de la Iglesia Románica se encuentra el Panteón Real, en el que fueron enterrados un buen número de reyes de Aragón durante cinco siglos y que actualmente luce un con un estilo neoclásico.
Pasamos por la capilla gótica de San Victorián para llegar al magnífico claustro románico.
En el claustro el guía hizo hincapié en los capiteles, su belleza y sus detalles. Un primer conjunto es de influencia jaquesa de finales del siglo XI, con temas de animales fantásticos y algunos motivos geométricos y vegetales. Y un segundo grupo del siglo XII con motivos o escenas religiosas como la vida de Jesús.
Terminamos la visita con la Capilla de San Boto y el museo.
Nos subimos al autocar que nos llevó al Monasterio Nuevo de San Juan de la Peña.
El nuevo monasterio se decidió construir en 1675, después de que el Monasterio Viejo sufriera un incendio. La fachada de la iglesia es de estilo barroco.
En su interior visitamos el Centro de Interpretación del Reino de Aragón y el Centro de Interpretación del Monasterio de San Juan de la Peña.
A la hora de decidir si bajar andando o en autocar y ver una iglesia en un pueblo cercano, bastantes de los presentes votaron por bajar andando debido al mal rato que pasamos en el autocar subiendo. Como un poco más de la mitad votaron visitar la iglesia, subimos todos al autocar con la esperanza de que la bajada fuera mejor, pero no fue así.
La visita a la Iglesia de Santa María y el pueblo de Santa Cruz de la Serós, mereció la pena.
Pocos fuimos los afortunados de visitar la cámara secreta a la que accedimos mediante una escalera de caracol, y llegamos a través de una estrecha escalera.
Sobre ella hay varias teorías: cámara donde guardar el tesoro de la propia iglesia, como posible lugar de refugio para la comunidad en caso de ser atacada o como capilla en altura.
Aquí terminó nuestra ruta por monasterios e iglesias y pusimos rumbo a Jaca.
2 comentarios
¡Preciosas las fotos!
ResponderEliminarGracias Oca!!!
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