Este año, por fin tenemos nuestra propia cosecha de aceitunas, Ma Petite Chloé y Monsieur Accidents se han encargado de cogerlas del olivo y yo de prepararlas para su consumo.
Esto me ha transportado a mi infancia porque en mi casa siempre hemos tenido aceitunas aliñadas por mis abuelos, mis tíos, mis primos o mis padres, y es que mi familia paterna siempre ha tenido olivares, así que hemos podido disfrutar de todo tipo de aceitunas y aliños. En un pueblo como Adamuz (Córdoba), en todas las casas hay aceitunas aliñadas preparadas para cualquier momento.
Recuerdo cuando era pequeña ir con mis padres a los campos de olivos en época de recolección, y ver cómo colocaban las redes en el suelo, algunos hombres con la ayuda de una vara hacían caer las aceitunas de los olivos y luego cómo un grupo de hombres y mujeres las recogían de los lienzos o del suelo. Es un trabajo muy duro.
En casa de mi abuela materna, junto al pozo, había unas vasijas o tinajas grandes de barro con tapa que siempre estaban llenas de aceitunas. Me gustaba ir con ella y ver como las sacaba con la ayuda de un cazo con agujeritos y las echaba en un cuenco, listas para ponerlas en la mesa y comerlas.
En la parcela donde viven mis padres, los pocos olivos que hay dan aceitunas suficientes como para poderlas consumir durante el año. Recuerdo a mi madre, en el porche, partiendo las aceitunas con piedras, cómo luego las aliñaba, y el olor que siempre había en la cocina gracias a los recipientes llenos de aceitunas.
Tengo la suerte de que en casa, a veces tengo aceitunas aliñadas caseras, unas veces de mis padres, otras de mis cuñados, de mis vecinos, de mis tíos... y, este año, nuestro olivo ha dado aceitunas y, por fin, vamos a poder ver todo el proceso con Ma Petite Chloé desde el principio.
En casa de mi abuela materna, junto al pozo, había unas vasijas o tinajas grandes de barro con tapa que siempre estaban llenas de aceitunas. Me gustaba ir con ella y ver como las sacaba con la ayuda de un cazo con agujeritos y las echaba en un cuenco, listas para ponerlas en la mesa y comerlas.
En la parcela donde viven mis padres, los pocos olivos que hay dan aceitunas suficientes como para poderlas consumir durante el año. Recuerdo a mi madre, en el porche, partiendo las aceitunas con piedras, cómo luego las aliñaba, y el olor que siempre había en la cocina gracias a los recipientes llenos de aceitunas.
Tengo la suerte de que en casa, a veces tengo aceitunas aliñadas caseras, unas veces de mis padres, otras de mis cuñados, de mis vecinos, de mis tíos... y, este año, nuestro olivo ha dado aceitunas y, por fin, vamos a poder ver todo el proceso con Ma Petite Chloé desde el principio.
Durante el fin de semana del 8 y 9 de noviembre, Monsieur Accidentes y Ma Petite Chloé estuvieron cogiendo las aceitunas del árbol. Luego, el lunes siguiente me puse con su preparación y hoy las vamos a aliñar.
Preparación:
Mi madre ya me había contado hace años cómo lo hacía ella y eso hice, siguiendo los siguientes pasos.
Mi madre ya me había contado hace años cómo lo hacía ella y eso hice, siguiendo los siguientes pasos.
- Partirlas o rallarlas. Nosotros nos compramos un utensilio de madera para hacerlo más fácil.
- 10 días en agua, cambiándole el agua una o dos veces al día. Hasta que dejaran de amargar.
- En un recipiente con agua vamos añadiendo sal hasta que un huevo flote, agregamos vinagre, limón en rodajas, orégano, laurel, romero y unos dientes de ajo.
- Añadimos las aceitunas a la preparación anterior y removemos con una cuchara de madera, siguiendo las recomendaciones de mi madre. Tapamos y dejamos reposar durante unas semanas, hasta que comprobemos que han absorbido los aromas y sabores del aliño y están listas para consumirlas.
Presentación:
A la hora de presentarlas, me gusta ponerlas en un cuenco o en las latas bonitas, añadirle un chorreoncito de zumo de limón y otro de aceite, y os aseguro que están buenísimas.
A la hora de presentarlas, me gusta ponerlas en un cuenco o en las latas bonitas, añadirle un chorreoncito de zumo de limón y otro de aceite, y os aseguro que están buenísimas.
Una experiencia que me ha gustado compartir con Ma Petite Chloé, para que viera el paso a paso hasta su consumo. Para mí son bonitos recuerdos llenos de sabor, aroma y mucho amor.
Bon appétit!
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