Le vino el recuerdo del pasillo, ese pasillo vacío, interminable, con esa luz.
Sentada en la silla de ruedas que llevaba el celador, se sentía sola y con miedo.
Solo se oía el chirriar de las ruedas de la silla y los pasos firmes del celador.
Se sentía pequeña y asustada, pero en ningún momento cerró los ojos, tenía que demostrar que era valiente.
Muy chula la foto.
ResponderEliminarMuchas gracias Oca.
EliminarMuy bonita historia hija
ResponderEliminarMuchas gracias!!
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