Abrió la verja y entró. Recorrió
el camino irregular hasta llegar a la puerta. Se quedó allí, mirándola. También
era vieja y oxidada.
Hasta el momento había sido fácil, sin miedos. Ahora tenía que golpear la aldaba y esperar. Entonces pensó que no sabía quién le iba a abrir, qué iba a decir… Y un escalofrío recorrió su cuerpo.
Hasta el momento había sido fácil, sin miedos. Ahora tenía que golpear la aldaba y esperar. Entonces pensó que no sabía quién le iba a abrir, qué iba a decir… Y un escalofrío recorrió su cuerpo.
Sigo leyendo y la foto me encanta!
ResponderEliminarMuchas gracias Inma!!
EliminarEspero que la historia te siga manteniendo intrigada...