Tarta de manzana y frangipane

lunes, 21 de diciembre de 2020

En casa siempre hay manzanas, es unas de las pocas frutas que come Monsieur Accidents y yo las aprovecho para hacer diferentes elaboraciones con ellas, ya sean dulces o saladas. 

Hoy vamos a preparar una deliciosa tarta de manzanas y frangipane. ¿Me acompañas a la cocina? Para ello, nos vamos ha basar en la receta del mismo nombre que viene al final de la novela "El camino para llegar hacia mí" de Jenny Colgan.




Los ingredientes que vamos a necesitar para hacer mi versión de esta receta son:
Para la masa de hojaldre:
1 y 1/4 de taza de harina
1 cucharada de azúcar
1 pizca de sal
1/2 taza de mantequilla 
1/4-1/8 de taza de agua helada
nata
azúcar para espolvorear

Para el frangipane:
1/2 taza de almendra picada
1/4 de azúcar granulado
1 pizca de sal
1 cucharada de harina
3 cucharadas de mantequilla
1 huevo
1/2 cucharadita de esencia de vainilla

Para la capa de manzanas:
2 manzanas
1 limón

Para decorar:
1 vasito de gelatina de grosella

El azúcar que vamos a utilizar para elaborar la masa va a ser azúcar extrafino especial repostería. 

Cuanto más fría esté la mantequilla más crujiente estará la masa, por lo que la cortaremos en dados y la meteremos en el congelador durante 5 minutos. Vamos a utilizar unos 115 gramos de mantequilla.

El agua la meteremos en el congelador cuando la mantequilla y la sacaremos justo cuando la vayamos a agregar a la masa. 

Es mejor utilizar sal de buena calidad a la hora de elaborar esta receta, nosotros vamos a utilizar sal Maldon. 

En cuanto a las manzanas, Jenny Colgan recomienda manzanas de mesa no de las de cocina. Nosotros vamos a utilizar manzanas Ambrosía.

Preparación:
Lo primero que vamos a hacer es el hojaldre, para ello, mezclamos la harina, el azúcar, la sal y la mantequilla. Es mejor utilizar un robot de cocina o procesador de alimentos porque cuanto más rápido mezclemos los ingredientes, menos frío perderán. 

Con el procesador de alimentos en marcha, añadimos lentamente pequeñas cantidades de agua helada hasta que la masa monte pero siga quedando seca. 

La envolvemos en papel film y la dejamos enfriar en la nevera durante 1 hora. 




Ahora, nos ponemos con el frangipane, para ello, mezclamos todos los ingredientes secos en un bol, añadimos el huevo y la esencia de vainilla y trabajamos la masa hasta que quede suave y homogénea. 

Introducimos la masa en un bol con tapa y dejamos enfriar en la nevera durante 1 hora.  

Necesitamos un molde para tartas, en este caso elegimos un molde 26 cm de diámetro, que engrasamos con spray desmoldante o mantequilla y espolvoreamos un poco de harina, para que la masa no se pegue al molde. 

Precalentamos el horno a 180ºC con calor arriba y abajo y colocamos una bandeja de horno a una altura media alta. 

Transcurrida la hora, sacamos la masa de la nevera, la colocamos entre dos hojas de papel de hornear y, con ayuda de un rodillo, extendemos la masa. Comprobando que cubra el molde que hemos elegido y no exceda en demasía de su tamaño o no lo llegue a cubrir completamente. 




Quitamos el papel de hornear de la parte de arriba y  con el otro nos ayudamos para colocar la masa en el molde, lo quitamos y con nuestras manos vamos a ir ajustando la masa al molde. 

Esta masa tiene tendencia a romperse y Jenny Colgan nos recomienda que hay que asegurarse de que sobra una porción generosa por los bordes ya que la masa tiende a encoger durante el horneado. Y no hay que preocuparse si quedan trozos rotos porque se pueden tapar con la masa sobrante. 

Una vez que la masa está ajustada al molde, con ayuda del rodillo, cortamos los excedentes o los podemos dejar como nos recomienda Jenny Colgan, dándole un aspecto más rustico. 




Pintamos la masa con una poca de nata y espolvoreamos un poco de azúcar. Cubrimos con una de las hoja de papel de hornear con la que hemos estirado la masa donde introducimos garbanzos u otra legumbre para que hagan peso y la masa no se deforme durante el horneado. 

Llevamos al horno, colocamos sobre la bandeja de horno y horneamos durante 15 minutos. 

Transcurrido ese tiempo, retiramos el papel de hornear con las legumbres y horneamos durante 10 minutos más o hasta que la masa quede dorada. 

Mientas la masa se está horneando, lavamos y secamos bien las manzanas y el limón. Rallamos a piel del limón y la introducimos en un bol. Exprimimos su zumo y reservamos. Pelamos, descorazonamos y cortamos las manzanas en láminas. Las colocamos en el bol y añadimos el zumo del limón y removemos. Esto le dará sabor a las manzanas además de ayudar a que no se oxiden y se pongan oscuras.




Sacamos el hojaldre del horno y lo colocamos en la encimera. Sacamos el frangipane de la nevera y lo extendemos por encima para que impregne la masa caliente y quede delicioso. Nos podemos ayudar de dos cucharas para extender esta capa. 




A continuación, cubrimos con los trozos de manzana con arte para que quede bonito. Volvemos a meter en el horno y horneamos durante 15 o 20 minutos.




Mientras, vertemos la gelatina en un cazo y ponemos a fuego lento hasta que se ponga líquida. 

Sacamos la tarta del horno, rociamos la gelatina por encima y dejamos que la tarta se enfríe si desmoldar. 




Presentación:
Como hemos elegido un molde bonito, podemos servir la tarta directamente. O podemos desmoldar la tarta y colocarla en un plato de presentación un pie de tarta. 






Las diferentes texturas, sabores y colores de esta tarta la hace especial. Ya sabéis que me encantan los cítricos y el toque que le aporta el limón la hace deliciosa y diferente a otras tartas de manzana que he probado.




Para terminar, os dejo con un texto de la novela El camino para llegar hasta mí, página 111:
"PAPI DICE QUE LA BUELA HACE PASTELES exclamó Agot como si se le acabara de ocurrir, y le dirigió una mirada astuta.¡ME GUTAN LOS PASTELES!
¿Has pasado mucho tiempo últimamente con el tío Hamish? preguntó Flora.
Recordó los esponjosos pasteles de limón de su madre; los cupcakes, o pastelitos de hadas, como los llamaba, y el denso plumcake de frutas que nunca faltaba en la despensa. De pronto se preguntó si las recetas estarían en el cuaderno de su madre. 
Vamos a echar un vistazo a la cocina propuso, y Agot saltó entusiasmada. Cuando le dio la mano, Flora tuvo una sensación muy gratificante y muy difícil de explicar. 
Por supuesto, había varias recetas de pasteles al final del cuaderno. Había postres de Navidad, de cumpleaños y muchas otras cosas para momentos felices. Al recordar las saludables fiambreras con pasas y frutos secos que había traído Eilidh, Flora pensó que llenar a la niña de azúcar podría ser interpretado como una provocación."

Bon appétit!

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